Sarah, una mujer de 42 años, es la protagonista de este ejemplo, pues después de años de sufrir dolores de cabeza y de ser víctima de una mala digestión, su neurólogo y su nutricionista le recomendaron beber tres litros de agua a diario, lo cual implicaba sumar 2 litros de líquido a su consumo actual.

Después de un mes siguiendo los consejos médicos, la protagonista de esta experiencia ha notado grandes cambios. La primer semana, aunque orinaba con igual frecuencia, notó un cambio en el color de la orina que iba desde un amarillo oscuro hacia uno mucho más claro.

También percibió un cambio en su flexibilidad, a pesar de que hace años que practica yoga, recién ahora manifiesta observar mayor elasticidad.

En la segunda y tercer semana, la mayor ingesta de agua se traduce en una pérdida leve de peso, así como también, en menores ojeras y arrugas alrededor de los ojos. Su piel se volvió más clara y suave, sus dolores de cabeza desaparecieron y su digestión mejoró notablemente.

Por supuesto, también se redujeron los signos visibles de celulitis y se incrementó la frecuencia al orinar, por lo que ello quizá, sea el único efecto negativo de beber más agua: tener que acudir al baño muchas veces en menos tiempo.

Finalmente, los cambios están ala vista en las fotografías, que evidencian la mejora en la piel de la mujer, pero además de ello, debemos decir que su circunferencia de cintura y su peso corporal disminuyó y que su rendimiento intelectual así como su sensación de bienestar se incrementó.

Por lo tanto, si aun te faltan razones para beber más líquido cada día, recuerda que sólo tres litros diarios de agua pueden producir una gran diferencia en tu cuerpo, no sólo en su funcionamiento interno cuidando la salud sino también, en tu aspecto físico y tu estética. Y tú, ¿bebes suficiente agua?